Acerca de Telarañas...

Sin la ayuda de blogeros consumados,
sin alardes de saber que hay entre manos,
sin enlaces musicales y sin videos,
sólo letras, verso y prosa depravados.

Sin fotos de vacaciones recientes,
sin tutear a los desconocidos,
sin chaquetas de cuero, rebecas de lino,
sólo tertulianos, locos inconscientes.

Sin incidir mucho en lo profesional,
sin contar penurias de lo acontecido,
sin rezar cual monja, lo que no he vivido,
sólo presunciones, nada personal.

Sin entrar al trapo de los que critican
sin otra intención que la de humillar,
sin contar visitas hasta hacer millar,
sólo diversión, no escribir por publicar.


lunes, 2 de febrero de 2009

Delirios III

(foto de worldpress)









Desde el mutuo sentimiento de exacerbada pasión,
volcamos nuestras sensaciones,
pasamos de la experiencia que da el tiempo
y arañamos ilusiones a un mundo desorientado.

Buscamos entre las uñas resquicios de progreso,
y no hayamos sino cantidades ingentes de desespero
por crecer.

Algo quedará por rascar en la escamada espalda
que nos da el futuro incierto,
probablemente menos negro de lo que,
asustados, nos empeñamos en aguardar.

Más oscuro de lo que nos gustaría un café
manchado de leche entera,
sobre el que hemos derramado más de lo apetecido.

Ante la ignorante sucesión de despropósitos,
recortamos presupuestos en los extras,
para llegar con apuros al yugo
que corta nuestra pecuniaria respiración.

Asistimos impotentes al desajuste mundial,
jugando a la quiniela como último recurso
antes del desahucio masivo al que nos someten.

Únicamente faltaba un atasco entre nevadas,
la aguja marcando el cero, la luz naranja,
amenazante, altiva ante la falta del alimento
que mueve su motor.

Y el nuestro.

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Repetir no es redundar, que es reiterar.

Reitero que lo que pienso, es redundar en lo que repito, y si repito lo que redundo y redundo en lo que pienso, reitero lo que no digo.