Acerca de Telarañas...

Sin la ayuda de blogeros consumados,
sin alardes de saber que hay entre manos,
sin enlaces musicales y sin videos,
sólo letras, verso y prosa depravados.

Sin fotos de vacaciones recientes,
sin tutear a los desconocidos,
sin chaquetas de cuero, rebecas de lino,
sólo tertulianos, locos inconscientes.

Sin incidir mucho en lo profesional,
sin contar penurias de lo acontecido,
sin rezar cual monja, lo que no he vivido,
sólo presunciones, nada personal.

Sin entrar al trapo de los que critican
sin otra intención que la de humillar,
sin contar visitas hasta hacer millar,
sólo diversión, no escribir por publicar.


viernes, 17 de diciembre de 2010

Sin título...

Sonetos desdibujados escribo


mientras escucho rock de los noventa,

cuando mi mente vuela y se ausenta,

cuando con pena de ti me despido.



Sin consiguiera no tener en cuenta,

Las opiniones que se han vertido,

las sensaciones que ya he sufrido,

y el que las dice, después lamenta,



viviría con menos tensiones,

más pendiente de no evadirme,

atendiendo mis obligaciones.



Siempre habrá tiempo de resarcirme,

cuando se tomen las decisiones,

las que me ayudan a no rendirme.

martes, 14 de diciembre de 2010

Este monólogo de Manel Fuentes... es... como la biblia de las parejas...

Tener relaciones sexuales es difícil, siempre. Cuando tienes pareja piensas: ¡Por fin voy a tener sexo cuando yo quiera!. ¡Mentira! Eso de las relaciones sexuales estables es una leyenda. Es difícil que se dé que ella tenga ganas y que tú tengas ganas, y que cuando tú tengas ganas, ella sepa que tú tienes ganas y tú sepas que ella tiene ganas...

Yo, por necesidad más que nada, me he convertido en un experto en interpretar este tipo de señales. Veréis: si estás en el sofá y cuando va a acostarse te dice:

- Me voy a la cama, no tardes.

Eso quiere decir:

- Me voy a acostar sin bragas.

Pero si ella se acuesta y te dice:

- Yo me voy a la cama, cuando vengas haz el favor de no hacer ruido.

Amigo mío... coge una revista y sedúcete a ti mismo.

Hay palabras mágicas que ella suele utilizar para dejar claras sus intenciones. Por ejemplo, la palabra ,siesta. Si ella después de comer te dice:

- ¿Nos echamos la siesta?

Está claro: sí está.

Hay que estar muy atento a cómo se viste cuando se acuesta. Si se coloca los calcetines y el esquijama con pelotillas te está diciendo que no quiere saber nada de tus pelotillas...

Yo creo que, con esto del sexo, las personas funcionamos un poco como los teléfonos móviles: que se supone que sirven para que estemos comunicados siempre, pero a veces tú lanzas un mensaje y ella no está operativa; otras te lo lanza ella a ti, y resulta que tú estás comunicando.

Si un día anodino, como por ejemplo el martes, tu chica sin venir a cuento te pregunta por Zidane: - Oye, ¿y cómo va lo de Zidane?

Está claro... ¡¡¡Quiere... que le introduzcas el PIN!!!

Hay otras señales más sutiles. Hay que estar muy atento a cómo te llama cuando llegas a casa. Si entras por la puerta y escuchas tu nombre tres octavas más agudas de lo normal (En vez de oír: Hola Manel, oyes: ¡Hola Maneeeeel!), prepárate. Va a estallar el obús. Te va a hacer como en el anuncio de Jazztel: ¡Otro...! ¡Otro...! ¡Otro más...! Lo malo, cuando te pasa esto, es que tú, al segundo, te quedas sin batería.

Si cuando se está arreglando para salir te dice:

- ¿Me ayudas a subirme la cremallera?

En realidad te está diciendo:

- ¿Cuándo volvamos... también me la bajarás?.

Es decir, ella está a tope de cobertura.

Pero atención, porque el momento de subirle la cremallera es muy delicado. Si la pellizcas sin querer, se acabó lo que se daba. Se dará la vuelta y te dirá: ¿Qué piensas? ¿Qué estás cerrando una maleta? ¡Serás bestia!. Y conectará el buzón de voz. Ya puedes llamar, ya...

La postura que ella coge cuando se mete en la cama es otra forma de saber si está operativa o no está operativa. Si se mete en la cama y se enrolla como una oruga... no te esfuerces, tiene el terminal apagado.

Pero si por el contrario, se tira boca abajo y mueve el culete como el pato Donald al andar... ¡Atención, tienes una llamada en espera!

En cualquier caso, con móvil o sin él, el momento clave sin duda es el sábado. Porque el sábado por la noche tú sabes que toca. Y con esa ilusión te metes en la cama. Pero puede pasar que, de repente, apague la luz y diga:

- Buenas noches.

- ¿Cómo que buenas noches? ¡Pero si es sábado!

Te dan ganas de levantarte a por el calendario y decirle: Mira... Mira... ¡Mañana rojo!. Hombre, por favor... Yo creo que, como hay mucha despistada por ahí, deberían decirlo en las noticias: Y terminamos recordándoles que hoy es sábado... Mañana rojo.

Sin embargo en vez de ir a por el calendario, lo que hacemos la mayoría de los tíos es poner en marcha la operación gusano: acercarnos a ella reptando por la cama, como sin querer, hasta que nos acoplamos. La abrazamos y empiezas a tontear con la mano, que si le acaricias la cadera, que si ahora la tripita... y empiezas a subir y a subir, a ver si ella reacciona. Y sí que reacciona, sí. De pronto te coge la mano y te dice:

- ¡Qué bien estamos así! Yo no necesito nada más.

Y te quedas con las ganas. Esperando la próxima señal. Habrá que tener... la antena sacada.

Repetir no es redundar, que es reiterar.

Reitero que lo que pienso, es redundar en lo que repito, y si repito lo que redundo y redundo en lo que pienso, reitero lo que no digo.