Con qué cara me sigo quejando... eh?...

(foto sacada del blog de Pancho, en la gira por Argentina)
Cada vez que me sumerjo en las cristalinas aguas de su blog, bucearía entre sus historias sin descanso, perdiendo una más de las horas de sueño de qué dispongo. El guitarrista insurgente (sublevado), atiende una queja mía. La queja, todo hay que decirlo, parecía más amarga de lo que en realidad es, porque voy a hacer lo que no está en mi mano para llegar a Barcelona a tiempo de la colcha del top ese. Bien; karaoke y top colcha estaba previsto para el viernes doce de diciembre de dosmil ocho en la susodicha ciudad. Me llega un mensaje al móvil y otro al correo. Las entradas valen, pero en lugar del viernes... es el jueves once... coño!... no... eso no es así. Que uno suda mucho para recorrese trescientos de ida y trescientos de vuelta, subirse a un escenario entre medias del palizón de carretera, o en su defecto, ave, y hacer el más absoluto y querido de los ridículos (que va.. yo lo voy a hacer de puta madre), para que me lo cambien a un día entre semana... puestos a cambiar, haberlo puesto el sábado, que me venía de puta madre... Ostias, ya lo dice María... pero tu que te crees??? el palico la gaita o que???. Pues eso... que el concierto no está pensado para mi... Pero ya van dos... Bueno; los pajarracos lo suspendieron... éste, por lo menos, lo adelantan... A lo que vamos, que me planto en Úbeda sin pasar por los cerros. Ni corto ni perezoso me voy al blog de Panchito, y me quejo, que "pa" eso el es uno de los jefes de la gira (el jefe). A quién mejor presentar una queja que al "namber guan". Pues eso; que le planto la amarguísima queja a sabiendas de que en este caso, no por más llorar me voy a pegar un atracón de mamar (como ha sonao eso...), y me responde en su blog, y para más sorpresa... en Telarañas. Mi queja, pasa de ser amarga a no ser ni queja. El crack, Panchito, se ha leído los comentarios de su entrada King Crimson, y me pide disculpas por ser novatos en lo que conllevan las giras. Más de lo que nunca hubiera podido esperar. Me sorprende la modestia y calidad humana de este aprendiz de todo (y cambiamos el refrán), oficial de lo que le venga en gana. Me ha dicho que si puede hacer algo por mi, que se lo diga, que hará lo que pueda, y el muy cabronazo me planta un par de besos (mi familia sabe lo reacio que soy a esta forma de cariño) y me deja sin lugar a la reacción. Obviamente le he pedido que traslade de nuevo el concierto al viernes... Quién sabe... Nunca perdí toda la confianza de mi don de gentes...