Acerca de Telarañas...

Sin la ayuda de blogeros consumados,
sin alardes de saber que hay entre manos,
sin enlaces musicales y sin videos,
sólo letras, verso y prosa depravados.

Sin fotos de vacaciones recientes,
sin tutear a los desconocidos,
sin chaquetas de cuero, rebecas de lino,
sólo tertulianos, locos inconscientes.

Sin incidir mucho en lo profesional,
sin contar penurias de lo acontecido,
sin rezar cual monja, lo que no he vivido,
sólo presunciones, nada personal.

Sin entrar al trapo de los que critican
sin otra intención que la de humillar,
sin contar visitas hasta hacer millar,
sólo diversión, no escribir por publicar.


jueves, 10 de junio de 2010

Sudáfrica 2010.

Y el mundo se toma un respiro.

Un mes en el qué, se seguirán ejecutando hipotecas, seguirá habiendo accidentes de tráfico, violencia de género, atracos, bodas, nacimientos, bautizos, defunciones... Pero todo ello, adornado por las crónicas futboleras de un Mundial de esos de cada cuatro años, con el sentimiento de qué esta vez, ni árbitros, ni Italias, ni Coreas, ni meigas, pueden quitarnos la ilusión de tener posibilidades de levantar la copa Jules Rimet, la ansiada Copa del Mundo.

Un equipo de magos bajitos, desvestidos de esa impronta maléfica de arrugarse en citas importantes, viaja rumbo al último país ¿civilizado?, sin miedo al fracaso, sin miedo a la inseguridad, sin miedo a los viejos fantasmas que quedaron entre las montañas del Tirol austriaco, para volver a casa con la insignia de haber conquistado el Mundo, en el continente que históricamente nunca pudimos gobernar, ya en tiempos de la Armada Invencible, cuando África era territorio de ingleses, franceses y portugueses, mientras España se batía en duelos en las Indias, en las Asias y en las Europas.

Un mes de respiros, de suspiros, de inicios de veranos con terracitas teñidas de oro y rojo, de furia y ánimos, de inicio de verano dónde el único amargor debe ser el de la espuma blanca de una cerveza que refresque el ambiente y alegre los cuerpos de los españoles olvidándose del mundanal ruido para poder ver a España, entre los grandes del mundo futbolístico.

Y acabará el Mundial, y ojalá veamos un autobús descubierto el catorce de Julio abrigado por la M-30, por miles y miles de gargantas, paseando hasta el centro de Madrid con esas manos abrazando a una bola del mundo en color oro. Será el final de ese respiro, dónde todo lo demás vuelva a gozar de la importancia que parecerá no haber tenido durante todo este mes de respiros.

Y será quince de Julio, y seremos Campeones del Mundo,...y seguiremos en crisis... pero a ver si es verdad.... que no nos quitan lo bailaó!

A por ellos.

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Repetir no es redundar, que es reiterar.

Reitero que lo que pienso, es redundar en lo que repito, y si repito lo que redundo y redundo en lo que pienso, reitero lo que no digo.