Acerca de Telarañas...

Sin la ayuda de blogeros consumados,
sin alardes de saber que hay entre manos,
sin enlaces musicales y sin videos,
sólo letras, verso y prosa depravados.

Sin fotos de vacaciones recientes,
sin tutear a los desconocidos,
sin chaquetas de cuero, rebecas de lino,
sólo tertulianos, locos inconscientes.

Sin incidir mucho en lo profesional,
sin contar penurias de lo acontecido,
sin rezar cual monja, lo que no he vivido,
sólo presunciones, nada personal.

Sin entrar al trapo de los que critican
sin otra intención que la de humillar,
sin contar visitas hasta hacer millar,
sólo diversión, no escribir por publicar.


miércoles, 5 de agosto de 2009

Vinagre y Rosas (II)

Letra de la canción que probablemente se llamará Vinagre y Rosas. Lo nuevo del último disco del flaco.

González era un ángel menos dos alas,
González era un santo por lo civil,
un “dandi” con un ojo a la funerala,
tan rojo, tan castizo y tan zascandil.

Jilaba en los garitos de mala nota,
boleros de Machín, con Juanín de Mieres,
apurando esos “guisquis” en los que flota
la luna de las golfas y los crupieres.

Cuando volvía del extranjero, tan forastero,
a las dos no era de día, a las seis ya era de noche,
pídame un coche, fumando espero,
y le aplaudían los camareros.

Otoños y otras luces van con verbenas,
tan príncipe de Gales, tan “Cortefield”,
tratado de urbanismos, Juan de Mairena,
proustiana Magdalena, tiza y papel.

Verde por la verguenza que no tenía,
hasta ayudó a Caronte a quemar sus naves,
contaban que morirse no era tan grave,
y agonizó en voz baja por cortesía.

Cuando volvía del extranjero, tan forastero,
a las dos no era de día, a las seis ya era de noche,
pídame un coche, fumando espero,
y le aplaudían los camareros.

Cuando volvía del extranjero, tan forastero,
a las dos no era de día, a las seis ya era de noche,
pídame un coche, fumando espero,
y le aplaudían los camareros.

2 comentarios:

Enrique Sabaté dijo...

Hermosa canción para un gentil y comprometido poeta.

Suerte al flaco.

Salud.

Laura dijo...

Es cojonudo. Qué ganas!!

Repetir no es redundar, que es reiterar.

Reitero que lo que pienso, es redundar en lo que repito, y si repito lo que redundo y redundo en lo que pienso, reitero lo que no digo.