Acerca de Telarañas...

Sin la ayuda de blogeros consumados,
sin alardes de saber que hay entre manos,
sin enlaces musicales y sin videos,
sólo letras, verso y prosa depravados.

Sin fotos de vacaciones recientes,
sin tutear a los desconocidos,
sin chaquetas de cuero, rebecas de lino,
sólo tertulianos, locos inconscientes.

Sin incidir mucho en lo profesional,
sin contar penurias de lo acontecido,
sin rezar cual monja, lo que no he vivido,
sólo presunciones, nada personal.

Sin entrar al trapo de los que critican
sin otra intención que la de humillar,
sin contar visitas hasta hacer millar,
sólo diversión, no escribir por publicar.


miércoles, 21 de marzo de 2007

Paseando.

No esperes que el monte que atraviesas sea orégano, no busques encontrar la aguja en el pajar, no pienses tener el control de las fiestas de guardar, y el martes de diario ser tu tercera prioridad … de tus cosas de hacer, de tu falsa ansiedad, de ese quiero y no puedo saltar más allá, de ese ansiado control de tu vida, de ese miedo al que vendrá, de esa extraña apatía a echar a volar, a querer, a llegar más a más allá por miedo a perder.
Ser joven todavía, no significa no poder avanzar, no llegar a cruzar el sendero de la inocencia, no aspirar a dejar esa infancia feliz, al calor del hogar, al si vienen mal dadas poder desandar el trecho ya hecho. El camino estrecho una vez pasado deja satisfecho. Es un sinsentido empezar de nuevo y no divisar la llegada, cuando vas seguro por las autopistas de la madrugada, cuando sale el sol y coges su rastro y te sirve de guía. No querer crecer no sirve de nada cuando ya no queda nada por hacer, cuando la ilusión por lo nuevo ha perdido su encanto, cuando la vejez te cubre con su manto, cuando el objetivo perseguido queda en la cuneta, y pierdes la cuenta de lo que has querido, de lo que has amado, lo que has añorado y lo que has tenido. Y lo deseado y no encontrado crea una barrera, marca la frontera entre lo prohibido y lo aletargado de los sueños.

Repetir no es redundar, que es reiterar.

Reitero que lo que pienso, es redundar en lo que repito, y si repito lo que redundo y redundo en lo que pienso, reitero lo que no digo.